En la epilepsia, los síntomas más visibles y que más llaman la atención son las crisis. La gran mayoría de la población identifica estas crisis con la caída del paciente al suelo, la pérdida de conocimiento y las convulsiones por todo el cuerpo. Sin embargo, poca gente sabe que existen más de 30 tipos de crisis epilépticas y su aparición está ligada a la actividad eléctrica excesiva de un grupo de neuronas de su cerebro. La forma de manifestarse una crisis depende de la parte del cerebro afectada y la causa de la epilepsia.
Aunque hay muchas crisis identificadas, a grandes rasgos todas ellas se podrían agrupar en dos grandes grupos: las crisis parciales o focales que se inician en una zona muy concreta del cerebro, y las generalizadas que afectan a toda la corteza cerebral.
No obstante, se trata de una clasificación que data de 1981 y sobre la que se está trabajando La Liga Internacional de la Epilepsia (ILAE, en sus siglas en inglés) desde 2010, con el objetivo de crear una nueva clasificación más acorde con lo que se conoce hoy de esta enfermedad y armonizarla.
Lo que suele ser común en todas las crisis epilépticas es que duran apenas unos segundos o minutos y después el cerebro vuelve a funcionar con normalidad. Si bien es cierto que, en función de la crisis, el paciente tarda más o menos en recuperarse totalmente.
Mientras ve la luz la nueva clasificación, vamos a explicar los dos grandes grupos en los que podemos encontrar diferentes formas de manifestación de la epilepsia.
Las crisis focales se pueden manifestar de las siguientes formas:
- Crisis parcial simple: se produce una alteración del movimiento, la memoria y las sensaciones, además de los sentidos de la vista y el oído.
- Crisis parcial compleja: en este caso, el paciente pierde el conocimiento y se queda en aparente estado de trance. Puede darse una repetición compulsiva de ciertos movimientos.
- Secundariamente generalizada: comienza como una crisis parcial simple y termina extendiéndose al resto del cerebro convirtiéndose en una crisis generalizada.
Las crisis generalizadas se producen en todo el cerebro y provoca la pérdida de conocimiento. Se puede manifestar así:
- Crisis de ausencia: son más frecuentes en niños y pierden el conocimiento mientras parece tener la mirada fija en un punto.
- Crisis mioclónicas: se caracterizan por provocar una sacudida brusca y muy rápida de las extremidades. Dura escasos segundos.
- Crisis tónica: tras una pérdida repentina de la consciencia, los músculos de todo el cuerpo se contraen y sufren una hiperextensión brusca.
- Crisis atónica: en este caso, los músculos de todo el cuerpo pierden su consistencia, se relajan y la persona cae al suelo.
- Crisis tónico-clónica o convulsiva: la persona cae al suelo y el cuerpo se pone rígido (fase tónica) y se producen sacudidas rítmicas de brazos y piernas. Estas crisis también pueden provocar mordedura de lengua, labios morados, salida de espuma por la boca y relajación de esfínteres.
En cualquier caso, es importante saber cómo actuar ante una crisis epiléptica, ya que solo hay que tener en cuenta unas pautas básicas que pueden ser de mucha ayuda para un paciente con epilepsia.