Los cambios como la vuelta al trabajo o al colegio suelen provocar estrés y depresión en pacientes con patologías crónicas como la epilepsia. Además, estos pacientes suelen sufrir repuntes o empeoramiento de la enfermedad. En este post te ofrecemos diversos consejos para afrontar la vuelta a la rutina sin tener crisis.
Los expertos recomiendan a las personas con epilepsia que intenten mantener la tranquilidad. Es necesario afrontar la vuelta con cierta ‘normalidad’ para evitar sufrir crisis epilépticas. Además, este año se suma la incertidumbre de la COVID-19, por lo que el riesgo de estrés es mayor.
La vuelta a la rutina después de este verano de 2020 será diferente a la de cualquier año. Las circunstancias marcadas por la COVID-19 nos obligan a mantener todos los protocolos de seguridad, al menos, hasta que aparezca una vacuna eficaz y segura. Los pacientes con epilepsia, al igual que el resto de la población, deben tener en cuenta tres medidas fundamentales.
1. Uso obligatorio de la mascarilla.
2. Distancia social.
3. Higiene de manos.
Algunos consejos para afrontar la vuelta a la rutina sin tener crisis son:
Ansiedad frente al coronavirus
La vuelta a las tareas cotidianas este año probablemente sea más estresante que nunca debido a la ansiedad que nos provocan la pandemia por el coronavirus y sus consecuencias. En esta situación, la Sociedad Española de Neurología nos recuerda la necesidad de seguir una serie de hábitos para nuestra salud mental, resumidos por el doctor Manuel Toledo, neurólogo adjunto del Servicio de Neurología del Hospital Universitari Vall d’Hebron (Barcelona):
1. Informarnos de la situación que estamos viviendo, pero sin saturación.
2. Mantener la rutina y los hábitos saludables.
3. Seguir en contacto con el médico especialista, aunque sea a distancia.
4. Cumplir el tratamiento.
Otoño y epilepsia
Algunas enfermedades neurológicas aumentan su frecuencia en otoño, tal vez por la disminución de las horas de luz. Los expertos recomiendan el mantenimiento de rutinas especialmente a los jóvenes con riesgo de sufrir crisis epilépticas.
Técnicas de relajación
Las emociones intensas y el estrés son factores desencadenantes de las crisis epilépticas, normalmente asociadas a cansancio y falta de sueño, como ya hemos dicho. Las técnicas de relajación pueden ser de gran ayuda para reducir el estrés y el riesgo de convulsiones, como así lo indican diversas investigaciones. Una de ellas demuestra que el mindfulness y la psicoterapia aportan beneficios a corto plazo a pacientes con epilepsia farmacorresistente. Asimismo, la terapia de atención plena se asocia a mayores beneficios en calidad de vida, estado de ánimo, frecuencia de crisis y memoria verbal.
Alimentación
Los pacientes con epilepsia deben seguir una dieta equilibrada y beber mucha agua. Hay que tener en cuenta que los medicamentos antiepilépticos suelen sobrecargar los riñones y el hígado. Además, también es aconsejable limitar el consumo de excitantes como la cafeína o la teína, y reducir el consumo de alcohol.
Vuelta al trabajo
Las personas con epilepsia suelen trabajar sin restricciones si tienen la enfermedad bien controlada médicamente. Las estadísticas indican que el 75 % de los pacientes lleva una vida completamente normal con una medicación adecuada. Después de este verano de 2020 probablemente se seguirá fomentando el teletrabajo, así que la exposición a factores de riesgo será mucho menor en la mayoría de los casos. En cualquier caso, se recomienda reforzar los hábitos saludables.
Actividad física
Durante el verano es muy probable que todos hayamos cogido algún kilo de más. Por tanto, septiembre es un mes muy propicio para retomar las buenas intenciones de mantener la báscula a raya. El deporte y la actividad física regular tienen un gran protagonismo en el manejo de la epilepsia. Por una parte, mejoran la condición física del practicante; por otro lado, ayudan a subir la autoestima y la confianza.
Investigaciones médicas indican que el deporte puede subir el umbral convulsivo y disminuir el número de descargas epileptiformes; por tanto, la actividad física ayuda a controlar mejor las crisis. Los expertos recomiendan a las personas con epilepsia que practiquen deportes de equipo, como el fútbol o el baloncesto. Estas actividades fomentan la integración de las personas y reducen el riesgo de estrés o depresión. Otros deportes como la natación o el ciclismo solo se recomiendan a personas con su enfermedad muy bien controlada. Finalmente, los deportes de riesgo suelen ser desaconsejados para los pacientes con epilepsia.
Higiene de sueño
Un sueño reparador es fundamental para las personas que padecen epilepsia. Las alteraciones en el sueño pueden ser desencadenantes de crisis epilépticas. Un dato significativo es que el 70% de las personas con epilepsia tiene somnolencia diurna, mientras que un 40 % sufre insomnio nocturno. Los expertos recomiendan intentar dormir entre siete y nueve horas.
Cuidado con la luminosidad de las pantallas
Si tu trabajo te obliga a estar muchas horas enfrente de un ordenador, un teléfono móvil o una tablet, debes tener en cuenta que la luminosidad de las pantallas puede ser un factor de riesgo de una crisis epiléptica. En general, todas las personas debemos tener una exposición limitada a este tipo de pantallas. Las personas con riesgo de sufrir crisis epilépticas, además, deben mantener una exposición mínima y controlada.
El riesgo de sufrir una crisis por sobreexposición a la luminosidad de las pantallas se incremente especialmente entre los adolescentes que pueden sufrir epilepsia fotosensible. Algunas recomendaciones de los expertos son:
1. Utilizar las pantallas en lugares bien iluminados.
2. Mantener una distancia adecuada (unos 3 metros la televisión y 1 metro las pantallas de ordenador).
3. Evitar la pantalla si se produce un estado de cansancio o somnolencia.
La Guía Vivir con Epilepsia nos ofrece más consejos para afrontar la vuelta a la rutina sin crisis epilépticas.