Las directrices para tener las fiestas navideñas más tranquilas y saludables posibles son claras para toda la población: debemos extremar las precauciones. Aunque las autoridades sanitarias hayan levantado en parte el confinamiento en casi todas las circunstancias, el coronavirus sigue circulando por todo el mundo. Las personas con epilepsia deben tener en cuenta las mismas medidas de seguridad ya conocidas, como el uso obligatorio de la mascarilla, la distancia social o el lavado frecuente de manos.
La incidencia del virus todavía sigue siendo muy alta, pero el conocimiento que tenemos de la COVID-19 nos permite retornar poco a poco a nuestra normalidad. La epilepsia por sí misma no aumenta el riesgo de padecer COVID-19, ni incrementa la gravedad de la enfermedad. Por ello, podemos intentar disfrutar estas Navidades al menos la relativa normalidad de todos los que somos o tenemos cerca a una persona con riesgo de sufrir crisis epilépticas.
Como sabemos, la epilepsia es un trastorno neurológico causado por la descarga anormal de impulsos eléctricos de algunas neuronas. La persona con este trastorno puede sufrir crisis epilépticas espontáneas e inesperadas. El 75% de los afectados consigue controlar la enfermedad con una medicación adecuada, por lo que estas personas pueden llevar una vida normal durante la mayor parte del tiempo.
En cualquier caso, es necesario recordar que una crisis epiléptica se desencadena por un exceso de actividad eléctrica de un grupo de neuronas hiperexcitables. Puede afectar a funciones como el movimiento o el comportamiento. En estas fechas tan significativas, las emociones están a flor de piel, sobre todo porque es una época de reencuentros. En este 2020 todo está siendo diferente, y las Navidades van a ser más especiales que nunca.
Por tanto, aparte del tratamiento farmacológico, los expertos recomiendan a las personas con riesgo de tener epilepsia que mantengan unos hábitos de vida saludables.
Higiene de sueño, incluso en fiestas
Uno de los consejos es mantener una buena higiene de sueño, especialmente durante estas fiestas navideñas. Precisamente este año tampoco podremos prolongar excesivamente las celebraciones, y eso beneficiará a las personas con epilepsia. Un sueño reparador de como mínimo siete horas es necesario para evitar crisis epilépticas. Se calcula que cerca del 70% de los pacientes tiene somnolencia diurna, y un 40%, insomnio nocturno. Igualmente, en edad infantil es frecuente detectar crisis epilépticas nocturnas, por lo que se debe cuidar al máximo las horas de sueño de los niños.
¡Cuidado con el consumo de alcohol!
Otro de los consejos para estas fiestas navideñas es evitar el consumo de alcohol, al menos en exceso. Los pacientes con epilepsia deben evitar las bebidas alcohólicas en la medida de lo posible, pero en caso de tomar algo de alcohol, su consumo debe hacerse siempre con moderación. Asimismo, es importante recalcar que en ningún caso se debe dejar de tomar la medicación aunque se haya tomado alcohol.
El peligro de las luces navideñas
Las fiestas navideñas se caracterizan por la decoración de las casas y las calles con un gran número de luces de colores. En este punto tenemos que hablar de la fotosensibilidad. Se trata de una respuesta anormal en el electroencefalograma desencadenada por una estimulación de la luz. Este tipo de crisis también puede tener su origen en la televisión, los videojuegos o las luces fluorescentes. La epilepsia fotosensible afecta al 3-5 por ciento de las personas con esta condición neurológica. La prevalencia es mayor entre los jóvenes de entre siete y 18 años.
En definitiva, se trata de disfrutar de estas fiestas navideñas lo máximo posible sin poner en riesgo nuestra salud. Después de un año tan complicado, todos nos merecemos unas celebraciones con nuestros familiares y allegados, pero sin perder de vista los riesgos del coronavirus, y siempre con la máxima alerta para mantener controlados las posibles crisis epilépticas.