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Analizar las ondas cerebrales para predecir las crisis epilépticas, ese es el objetivo que se han marcado Stefan Harrer, un investigador de IBM en Australia, junto con neurólogos de la Universidad de Melbourne. Para ello, se han puesto manos a la obra para desarrollar un sistema informático capaz de analizar las ondas que se producen en el cerebro.

El sistema en el que están trabajando se basa en una red neuronal con la idea de crear un software informático similar a un cerebro artificial capaz de imitar a la red de neuronas que hay en un cerebro humano.

Se trata de utilizar una tecnología similar a la que emplean algunas redes sociales como Facebook, Twitter o Google para identificar fotografías pornográficas, Facebook para identificar a las personas que aparecen en las fotos de los usuarios, o la que utiliza Microsoft para traducir las llamadas de Skype de un idioma a otro. Son las denominadas redes neuronales profundas.

Siguiendo este principio, se pretende entrenar a una red neuronal artificial para que identifique el comportamiento de las ondas cerebrales cuando se producen las crisis epilépticas y las identifique. Del mismo modo que el cerebro ve una foto de una persona que conoce previamente y la identifica, se pretende que el cerebro artificial aprenda a reconocer e identificar las convulsiones epilépticas.

La diferencia entre las redes neuronales profundas que ya se están utilizando con las de Harrer y el equipo de neurólogos es que ellos están utilizando cerebros falsos para analizar las ondas cerebrales reales.

El chip que quiere emular el cerebro humano

Además, Herrer y su equipo están desarrollando un chip de IBM experimental llamado TrueNorth que se construye en la imagen del cerebro. Estos científicos quieren usar el chip para desarrollar un dispositivo portátil que, junto con un implante en el cerebro, monitorice las ondas cerebrales durante todo el día y notifique los resultados a sus pacientes en tiempo real. De ese modo, se podrían notificar las crisis a los pacientes antes de que sucedan.

Por tanto, el objetivo final es poder conectar una red neuronal artificial a un paciente con un implante con el objetivo de poder alertarle de una posible crisis con fiabilidad.

El proyecto es más ambicioso aún ya que plantea la posibilidad de que en un futuro se pueda mejorar un cerebro natural alterado por uno artificial, de modo que con el uso de la Inteligencia Artificial (IA) se pudiera terminar con las crisis epilépticas por completo.

Fuente: Wired