Que el perro es el mejor amigo del hombre es un hecho constatado para ocho personas que padecen epilepsia y que conviven a diario con sus perros de alerta médica. Unos animales que están adiestrados para acompañarles, avisarles, cuidarles y socorrerles. Son, sin duda, mucho más que sus mejores amigos.
En otra ocasión ya os contamos cómo hay perros asistenciales que son adiestrados para ayudar a personas que sufren este trastorno neurológico. Canes que, además de acompañar a estas personas y proporcionales innumerables beneficios emocionales, son capaces de detectar crisis antes de que se produzcan, o de socorrer a aquellas que están padeciendo una.
Este adiestramiento de perros en el ámbito de la epilepsia se lleva haciendo más de una década, sin embargo, en nuestro país aún no había ningún caso de que esta actividad se hubiera puesto en marcha.
Hoy os contamos la historia de ocho españoles con epilepsia que ya cuentan con un perro de alerta médica que les acompaña en su día a día. Ha sido gracias a un proyecto puesto en marcha por la Universidad de Alicante y la Asociación de Epilepsia de la Provincia de Alicante (AEPA), con la colaboración de ACEA adiestradores.
Se trata de una investigación cuyo objetivo es medir y constatar las ventajas y los beneficios clínicos y sociales que aportan los perros adiestrados en la detección de crisis epilépticas a los pacientes. Para ello han contado con animales que han sido entrenados específicamente en la alerta de estas crisis con el fin de que el paciente tenga un margen de tiempo para prepararse, avisar a alguien o tomar las precauciones necesarias.
Avisan 15 minutos antes de la crisis
Cuentan con ocho perros adiestrados que han pasado todas las certificaciones oficiales para ser perros de alerta médica de epilepsia y poder acceder a los sitios públicos acompañando a sus compañeros de viaje.
La mayoría de estos animales son capaces de detectar la crisis entre 8 y 15 minutos de antelación, aunque hay alguno que puede avisar a su dueño con media hora de anticipación, un tiempo que supone un enorme beneficio para los pacientes y sus familiares. Una de las principales ventajas de este acompañamiento canino se refleja en la mejora de la calidad de vida del paciente dado que va perdiendo el miedo a tener una crisis repentina.
Hoy en día, el 70 por ciento de las personas con epilepsia pueden llevar una vida normal con el tratamiento adecuado, sin embargo, hay aún un 30 por ciento que no lo consigue pudiendo sufrir una crisis en cualquier momento Esta imprevisibilidad de sufrir crisis epilépticas asusta mucho a los pacientes y a todo su entorno familiar.
Epilepsia, ansiedad y depresión
De hecho, estas personas, además de convivir con la epilepsia, con frecuencia padecen estrés, ansiedad y depresión, afecciones que pueden limitar mucho su calidad de vida y la de quienes conviven con ella.
Para ellos, el hecho de poder contar con la ayuda de un perro que les alerta de la aparición de una crisis, les tranquiliza y mejora su estado emocional. Además, estos animales, suelen proteger al paciente -de forma instintiva- en el momento en el que se produce la crisis. Lo que también contribuye a su beneficio.
La investigación puesta en marcha en Alicante aún está en una fase inicial, pero se aventuran a señalar al olor de la saliva como uno de los factores que ayuda a los canes a detectar la llegada de una crisis. En el momento en el que se conozcan realmente las causas que ayudan al perro a esta detección, su adiestramiento será más corto y sencillo, y más pacientes podrán beneficiarse de su asistencia.
Entrevista a la presidenta de AEPA
Para conocer más sobre esta investigación española, compartimos esta entrevista realizada por la Cadena SER Alicante a María del Carmen Carretón, directora del proyecto de la Universidad de Alicante y presidenta de la Asociación de Epilepsia de Alicante.
Fuente: Cadena Ser Alicante