Después de tres décadas, la Liga Internacional Contra la Epilepsia (ILAE, por sus siglas en inglés) ha actualizado la clasificación de crisis epilépticas con el objetivo de conocer mejor esta enfermedad y alcanzar un mejor manejo de la misma. Los avances científicos y médicos han dado lugar a una nueva categorización de las crisis que sufren las personas que padecen epilepsia. Un gran avance que puede ayudar al tratamiento individualizado de cada paciente y que se acaba de publicar en la revista Epilepsia.
La última clasificación de esta condición neurológica tuvo lugar en 1989, y fue desarrollada por la profesora Ingrid E. Scheffer, una neuróloga pediátrica australiana, quien dedicó gran parte de su trayectoria profesional a la caracterización de los síndromes epilépticos desde la infancia a la edad adulta. Un trabajo que ayudó a llevar a cabo un diagnóstico y tratamiento apropiado de los pacientes.
Han tenido que pasar 28 años para que esa primera clasificación que esta doctora inició se haya actualizado. No obstante, ya está lista y el objetivo de la misma no solo es el correcto diagnóstico de los pacientes, sino conocer mejor e investigar sobre la enfermedad y abrir la puerta para el desarrollo de nuevos medicamentos antiepilépticos, como explican desde la ILAE.
En palabras del doctor Robert Fisher, profesor del Departamento de Neurología y Ciencias Neurológicas en la Universidad de Stanford y autor principal de los artículos publicados en la revista Epilepsia: “A menudo, la terapia más adecuada para un paciente con epilepsia pasa por conocer bien el tipo de crisis que sufre y la nueva clasificación ayudará a los médicos a establecer terapias individualizadas”.
En la nueva clasificación de la epilepsia, además de revisar los aspectos clínicos de la enfermedad, trata de arrojar claridad sobre la terminología utilizada adaptándola a las necesidades actuales, tanto de médicos como de pacientes. De este modo será más comprensible también para toda la población.
Cambios esenciales en la clasificación
En la nueva clasificación se establecen es una estructura de tres niveles múltiples con el objetivo de facilitar la labor del médico en diferentes entornos clínicos. Según la ILAE, siempre que sea posible, se debe buscar el diagnóstico teniendo en cuenta todos los niveles que sean posibles.
Un primer nivel hace referencia a los tipos de crisis epilépticas que se clasifican en función de su origen, de este modo pueden ser de inicio focal, generalizado o desconocido.
Un segundo nivel se centra en el tipo de epilepsia que el paciente padece. Para este segundo apartado se mantiene la clasificación de epilepsias focales y generalizadas, aunque se incluye una nueva en la que se combinan ambas. Un último tipo de epilepsia completarían el segundo nivel. Sería la desconocida en la que el especialista diagnostica la epilepsia pero no puede determinar qué tipo en concreto a causa de diferentes razones.
La nueva clasificación establece un tercer nivel para el diagnóstico de los síndromes epilépticos, que se refiere a un conjunto de características que conllevan diferentes características como el tipo de crisis, características del encefalograma y otros aspectos que tienden a ocurrir juntos. Existen algunos síndromes epilépticos bien reconocidos como el Síndrome de West o el Síndrome de Dravet, aunque hay que tener en cuenta que no existe una clasificación formal de la ILAE.
(Fuente: Epilepsia, volumen 58, Número 4 de abril de 2017. Páginas 512-521)