No debe creer sin más todo lo que oye sobre las crisis epilépticas. Hasta bien entrada la Edad Moderna, los orígenes de la epilepsia se buscaban en causas ajenas a la medicina.

La gente no siempre tiene información correcta sobre las crisis epilépticas. Se repiten viejos prejuicios sin fundamento científico sobre la enfermedad que pueden estigmatizar innecesariamente al enfermo.

La primera fuente de información fiable es su médico. Consulte con él sus dudas, y que si necesita ampliar información recurra a un libro de confianza, busque en un sitio de Internet como éste o contacte con una organización que se dedique a ofrecer información a pacientes con epilepsia.

Estas son algunas de las afirmaciones que puede considerar verdaderas sobre las crisis epilépticas:

  • La mayoría de crisis se pueden controlar con medicamentos.
    Los fármacos antiepilépticos logran controlar las crisis en aproximadamente el 70% de las personas.
  • Una epilepsia no le convertirá en enfermo mental.
    Es un problema físico derivado de un exceso esporádico de actividad eléctrica en un grupo neuronas.
  • No se puede contraer una epilepsia por contacto con otras personas.
    Las causas de la epilepsia son muy variadas, pero nunca por contagio.
  • La epilepsia no le cambia la apariencia física.
    En algunas crisis epilépticas se produce una contracción de todos los músculos, que vuelven a su estado normal al terminar el episodio.
  • No se debe introducir ningún objeto en la boca cuando alguien tiene una crisis epiléptica.
    Sus consecuencias pueden ser muy perjudiciales. Lo mejor es colocar el cuerpo del paciente de lado.
  • Muchas personas padecen una crisis epiléptica aislada a lo largo de su vida.
    Sin embargo, esto no significa que sea un paciente con epilepsia, ya que oficialmente, no se considerará epilepsia hasta que no se produzca una segunda crisis epiléptica.
  • Algunas personas sienten una sensación que las previene de una crisis epiléptica.
    El aura es una sensación positiva o negativa que muchos pacientes identifican con el inminente desarrollo de una crisis. De esta forma, el aura les sirve de aviso y pueden tomar las precauciones oportunas.
  • Es muy difícil heredar la epilepsia.
    La probabilidad de que un hijo de una persona con epilepsia tenga también epilepsia es muy baja.
  • A pesar de que las crisis más conocidas son las convulsivas, existen otras diferentes.
    Las crisis epilépticas pueden manifestarse de formas muy diferentes: desconexión del entorno, sensaciones gástricas, alteraciones visuales y/o auditivas pasajeras, entre otras.
  • La epilepsia es una enfermedad crónica pero que sólo se manifiesta de forma intermitente.
    Puesto que las crisis epilépticas son esporádicas, las personas con epilepsia son plenamente concientes y capaces el resto de su tiempo.
  • La mayoría de los niños con epilepsia pueden y deben escolarizarse con los demás.
    Un alto porcentaje de niños y adolescentes con epilepsia reaccionan de forma positiva ante el tratamiento antiepiléptico, por lo que no sufren ninguna alteración cognitiva ni de comportamiento que les imposibilite continuar con la escolarización general.