DesterrandoMitos

Nombrar la epilepsia es algo que no le suena raro a la mayoría de las personas, conocer la enfermedad y saber cómo abordarla es algo muy diferente. Lo que está claro es que aunque se ha mejorado mucho en la percepción que se tiene de la epilepsia, estamos ante una enfermedad neurológica desconocida rodeada de muchos mitos que en ocasiones pueden llegar a poner en riesgo a quienes la sufren. Por ello, los afectados, además de hacer frente a la epilepsia, tienen que luchar contra el estigma social que la acompaña.

Con la intención de acercar la epilepsia a la sociedad aquí desterramos 10mitos demasiado arraigados:

1.-Una persona con epilepsia NO tiene una enfermedad mental: Pese a que en la antigüedad se asociaba la epilepsia con una maldición divina y se encerraba a los enfermos en psiquiátricos, la epilepsia es una condición neurológica caracterizada por una actividad eléctrica anormal y esporádica de las neuronas que tiene numerosas manifestaciones clínicas como desconexión del entorno, sensaciones gástricas, alteraciones visuales y/o auditivas pasajeras, entre otras.

2.- La epilepsia SÍ se puede tratar:  En la actualidad existen tratamientos que consiguen controlar las crisis y que son bien tolerados por los pacientes. Sin embargo, existe en torno a un 30 por ciento de pacientes con epilepsia refractaria que no responden a los antiepilépticos. De ellos hay un porcentaje que puede beneficiarse de la cirugía de la epilepsia consiguiendo controlar y/o reducir las crisis.

3.-La epilepsia NO es contagiosa: Existen algunas causas que han sido relacionadas con la epilepsia como trastornos o dolencias cerebrales, factores genéticos, intoxicaciones… No obstante, en más del 70 por ciento de las personas que padecen esta enfermedad no se puede identificar la causa. Lo que sí está claro es que nunca se transmite por contagio.

4.- Las mujeres con epilepsia SÍ pueden tener hijos. Si bien es cierto que esta enfermedad puede afectar al ciclo menstrual y que los anticonceptivos pueden alterar el efectos de los antiepilépticos y viceversa, por lo que es fundamental hablar con el neurólogo si se desea o no tener hijos. Por otro lado, los expertos calculan que es muy baja la probabilidad de que la epilepsia se herede.

5.-Las crisis NO cambian el aspecto físico. En ocasiones, cuando un paciente padece una crisis epiléptica sufre una contracción de todos sus músculos que vuelven a su estado normal en cuestión de minutos, pero no cambian el aspecto.

6.- Los niños con epilepsia SÍ deben estar escolarizados. Un alto porcentaje de niños y adolescentes con epilepsia reaccionan de forma positiva ante el tratamiento antiepiléptico, por lo que no sufren ninguna alteración cognitiva ni de comportamiento que les imposibilite continuar con la escolarización general. Sí es importante que tanto el profesor como sus compañeros sepan que la padece. Hay campañas escolares como ‘Conocer la Epilepsia nos Hace Iguales’, que educan a los alumnos a aprender a tratar una crisis.

7.-NO hay que meter nada en la boca durante una crisis. Existe la falsa creencia de que durante una crisis hay que introducir algo en la boca del enfermo para evitar que se muerda la lengua. Sin embargo, la realidad nos dice que es sólo un mito ya que es imposible tragarse la lengua y que nunca hay que tocar la boca del paciente, solamente hay que procurar que nada impida su respiración.

8.- El deporte SÍ es bueno para las personas con epilepsia. Desde hace algunos años, los médicos promueven el ejercicio físico y las actividades deportivas en personas con esta enfermedad ya que, además de mejorar su condición física, tiene efectos beneficiosos neuromoduladores que favorecen el control de las crisis. Psicológicamente, el deporte les ayuda a reducir el estrés y aumentar su autoestima al tiempo que reduce el riesgo de depresión.

9.-Tener una pérdida de conocimiento con sacudidas NO supone sufrir epilepsia. Cualquier persona puede tener una pérdida de conocimiento con sacudidas a lo largo de su vida y no tiene porqué ser epilepsia ya que hay dolencias que también se manifiestan así, como los síncopes. Por otro lado, hay crisis que son tan leves que ni siquiera implican sacudidas.

10.- Las personas con epilepsia SÍ pueden trabajar. Un afectado por la epilepsia puede y debe trabajar si nada más se lo impide. Pese a que esta enfermedad puede conllevar algunas limitaciones, con el tratamiento adecuado el 75 por ciento de las personas que la padecen pueden llevar una vida completamente normal. De hecho, la epilepsia causa menos bajas laborales que otras patologías.